Tú eres como mi sangre, acudes a mi herida sin llamarte, tu presencia en mi vida es inevitable. No vales oro, sinceramente, no tienes precio. Tú borraste el dolor que sentí, gracias a ti aprendí a no pintarme sonrisas.
Le doy gracias a la vida por darme tu amor, es inexplicable lo que siento ahora mismo por ti. Quiero que tú entiendas que yo si que te quiero de verdad y que voy a estar una vida entera a tu lado para cuidarte, protegerte y todo lo demás, pero sobretodo, para amarte a reventar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario